La educación no es llenar una botella, es encender una llama

martes, 13 de septiembre de 2011

y al final, a mi que me importa...

Este fin de semana pasado fue muy aleccionador ya que por primera vez hubo que exponer, si no defender, la decisión de educar a los niños en casa. En general yo suelo ser respetuosa de las decisiones que cada familia toma de forma interna, al final de cuentas a mi que me importa y como bien dice el dicho "el fondo de la cazuela solo lo conoce la cuchara que la menea" pero no entiendo porque de repente todos se vuelven expertos en aquello que les resulta diferente.

Esto es en sí mismo una contradicción; cuando una persona se encuentra ante una situación que le es desconocida parece que este mismo hecho la vuelve inmediatamente experta en el tema. En cuanto se escucha hablar de algo diferente "todos" saltan al ruedo para criticar y exponer el cúmulo de razones por las que "eso diferente" esta mal.

Hablando de HS me tocó defender mi decisión ante un grupo que lo encontraba extraño y casi aberrante. Para empezar la solución inmediata fue proponer buscar "una escuela mas pequeña", un método pedagógico diferente, y cada quien defendió sus elecciones escolares como las mas correctas. La del banquillo de los acusados era yo. Yo no había tomado la decisión correcta para MIS hijos ya que esta decisión rompe con los paradigmas del status quo. Nadie pudo entender que la disyuntiva era Escuela vs No Escuela.

De eso yo ya estoy acostumbrada: por mi sola estatura pertenezco al percentil 99 de la población, el no profesar ninguna religión también me coloca en alguna cola de la muestra, el ser una familia por adopción igualmente y ahora la educación fuera de las escuelas hace de mi un bicho raro. Así pues, sigo siendo excéntrica

No se, y a fin de cuentas no me interesa, pero tener razones por las cuales escolarizar en una sociedad donde las pruebas controles cada año demuestran una educación cada vez es mas deficiente no me suena razonable. Escolarizar en un sistema obsoleto, arcaico, anquilosado, sindicalista, manipulador, adoctrinante y despreocupado del educando, tampoco me suena razonable. Escolarizar dentro de una estructura donde los niños son mercancía de cambio para botines políticos, donde el puesto mas importante dentro de la educación (y fuera de ella) es la líder sindical y no el secretario de educación, tampoco. Escolarizar dentro de un sistema que anuncia, debido a su muy deficiente resultado, que van a reducir materias para facilitar el aprendizaje... (gramática y ortografía ya no son necesarias) y donde no se puede reprobar pero tampoco es necesario aprobar para ser promovido de grado. Pero esas razones para seguir con el sistema a mi no me interesan.

A mi me interesa lo que quiero para mis hijos, y la educación en casa es lo que me funciona A MI. No digo que sea para todos, ni tampoco pretendo que todos la implementen. Es difícil, requiere de tiempo, disposición, voluntad, ganas y recursos.

Yo quiero para mis hijos: libertad de pensamiento y de creencias, amor por el aprendizaje y el conocimiento, creatividad en todas sus formas, empatía y amor por el prójimo, templanza y control, caridad por el otro y perseverancia para reconocer la felicidad dentro de ellos.

Qué no quiero para mis hijos: sumisión ante el sistema, fé ciega ante la información y adoctrinamiento, incapacidad para emitir y ejercer juicios, soberbia, vanidad, competencia desmedida, sometimiento ante lo establecido, carencia de imaginación y creatividad, y al final obediencia ciega.

Esas son nuestras decisiones y metas como familia, y si la ruta es la menos transitada pues esa será la que recorreremos. No somos los únicos, no estamos solos pero somos los menos. 

El como cada quien tome sus decisiones, a mi que me importa. Espero que los demás opinen lo mismo de mi

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